viernes, 21 de febrero de 2014

su prueba , en casa







Las condiciones que le puse para pasar el fin de semana como prueba de su entrega fueron las siguientes:

1.- al momento de entrar quedaría desnuda hasta que se tuviera que ir

2.- comería y tomaría agua donde yo le ordenara

3.-la usaría a mi antojo

4.- se quedaría donde se lo ordenara

5.- llevaría sesiones de azotes con vara

6.- haría el aseo de la casa siempre de rodillas

7.- dormiría atada de una pata

8.- serviría de descansa pies


Le dije que tenía que aceptarlas o si no pues ni casa tendría que fuera, ella me pregunto que si tendría que mantenerse desnuda todo el tiempo y si dormiría en el suelo, que no estaba acostumbrada, le dije que ya le había explicado, que solo dijera si o no, simple la respuesta.
-Esta bien, iré
El sábado por la mañana llego, apenas entro le ordene que se desnudara, que tenia mucho trabajo por delante, ella se desnudo y le ordene que comenzara a limpiar el piso, le puse el trapaeador en el hocico y le dije que a cuatro patas limpiaría la casa, mientras ella comenzaba a limpiar tome mi cinturón y le azote las nalgas, no podía quejarse por tener el hocico ocupado, pero se detenía al sentir los azotes y recuperarse, pronto sus nalgas alcanzaron el color rojo, deje de azotarla y le permití que terminara de limpiar, saque de la alacena una bolsa de nueces y otra de pistaches, las lleve a la sala, me senté y le hable, le dije que limpiara las nueces y pistaches, que los pusiera en un plato y me guardara las cascaras, ella comenzó a limpiarlos y pronto tenia una buena cantidad de cascaras, las divido en cuatro montones y le ordene que se colocara a cuatro patas sobre los montones, rodillas y manos, tome los frutos limpios y comencé a comerlos mientras ponía mis pies sobre ella, le pasaba de vez en vez los pies por la cara y le ordenaba los lamiera, ella se comenzó a quejar de las molestias de las cascaras en sus rodillas y manos, le metí un pie en la boca y dejo de quejarse, con el otro pie le azotaba las tetas, ella solo gemía y comenzó a babear, le tire un puñado de nueces y pistaches y le dije que los trajera  mis manos uno a uno con su hocico, adolorida fue a buscar lo que le ordene y poco a poco me junto todos los frutos, le dije que se echara ahi a mis pies que dormiriamos una siesta.

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