La tarde fué muy interesante, entre el dolor de las pinzas y el placer que me producía usted mirando cada uno de mis movimientos el tener que sonreír y seguir dirigiendo a mi gente con esa sensación entre mis piernas, la humedad que en un momento escurrió entre mis muslos, los pezones durísimos deseando sus caricias y a la vez saberme marcada con mi nuevo nombre, la marca de mi Amo en todo el cuerpo fue muy excitante, mi Amo, cuanto le deseo, me siento tan suya y es tan hermoso sentirme así, para usted.
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