Pediste que te escribiera sobre lo que sentí con el castigo que me impusiste tal parece que lo hicieras para seguirme castigando, tu sabes que eso de relatar no se me da, pero como no quiero hacerme acreedora aun nuevo castigo no queda de otra mas que de obedecer y escribo lo doloroso que fue, comencé por desnudarme tal y como a ti te gusta que este cuando impones un correctivo, aplaste los ajos y el liquido que salio de ellos lo unte a mi rajita mi sorpresa fue que al principio no sentí nada asi que la llene de los ajos aplastados y espere como lo indicaste de rodillas cara a la pared hasta que pasaran las sensaciones, no tardo en comenzar un ardor casi inaguantable, me quemaba el ajo entre en desesperación por tanto dolor quería gritar, llorar,aliviar ese dolor pero no podía perder la posición así que solo frotaba la raja con mis dedos tratando de mitigar un poco, pero nada no se quitaba al contrario con el frote de mis dedos metía cada vez mas el ajo triturado dentro de mi rajita y mas dolía mas quemaba, sentía que no podía mas y yo permanecí hincada a decir verdad algunas lagrimas brotaron mas no podía fallarte Amo costara lo que costara estaba decidida a cumplir el correctivo que se muy bien lo merecía por esas actitudes de rebeldía y desobediencia k suelo tener aún, al cabo de un buen rato empezó a pasar esa quemazón y dio paso a la excitación mas dolorosa que en el tiempo que he estado a tu servicio he sentido, te pregunte si me permitías masturbarme a lo cual con mucha benevolencia lo permitiste, me masturbe, y azote mi raja fuertemente hasta dejarla roja y palpitando de dolor estaba como loca sin freno alguno hasta correrme quedando toda embarrada de flujos y con un latente ardor en mi rajita que seguía bastante lastimada.
Fue riquisimo Amo y agradecida contigo, solo tu me haces gozar a plenitud mi sexualidad, espero te sientas satisfecho de tu perrra nalgas rojas que como ya lo sabes lo mas importante para mi es que goces a plenitud de mi dolor.
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