miércoles, 16 de diciembre de 2009

cartas


Algo de la “batalla” tiene ganado, el que abra el ordenador de forma continuada esperando sus noticias y la correspondiente alegría, como ahora cuando las tengo.

En bastantes cuestiones estamos de acuerdo, la fe, la constancia y el deseo lo vence todo.

No se puede forzar nada pues la “cuerda” se rompe.

La voluntad es más fuerte que la capacidad que tenemos para desarrollar algo.

Yo observo que vd. como Amo presenta siempre un panorama muy similar: el Amo ante su sumisa a quien el dolor le lleva a un goce sexual inmenso de continuos orgasmos, el cual no dudo pues me llamó poderosamente la atención de una fotografía, de la sumisa recostada, creo sobre una escalera, con el culo marcado, pero con las manos libres.

Yo pienso que si yo fuera la sumisa, estaría pataleando, gritando, revolviéndome contra el dolor y su causante y en esas condiciones me parece más que imposible el orgasmo.

Ahora me descubre otro mundo, cada día aprendo con vd. cosas nuevas, un mundo mucho más asequible, estético y sobre todo real.

Sufrir y “adornar” son palabras bien distantes.

Es más digestible el “adorno” con la vara el culo, que el cruzar el culo a golpes de vara.

Evidentemente una preparación estética a una persona que tiene una predisposición innata, es viable.

El no llevar bragas mañana me parece factible.

En resumen, mi felicitación más efusiva, pues cada vez me cuesta más decirle: no, y aunque no quiera decir nada, mi voluntad va cambiando y mis convicciones cada vez son menos claras.

Una pregunta: cree que si asciendo el primer escalón llegaré al último?.

Para mí no es tan claro.

Lo que si tengo claro es que para mi es un hombre: súper inteligente, único y sensacional, capaz de poner a sus piés hasta una docta catedrática, lo cual ahora no me extraña después de conocerle un poco.

La otra cara de la moneda, es que creo que es un hombre sumamente peligroso, capaz de destruir a la persona que se lo proponga.

Tiene algo que irradia magia, atracción, deseo, por algo espero con auténtico deseo sus escritos.

Un beso, o si así lo prefiere, le concedo un único deseo sobre mi persona.

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