martes, 15 de diciembre de 2009

la perrita


Mi Señor, al leer su mail, me he sentido avergonzada de mí, como he podido pensar siquiera en no obedecer a mi Dueño?

No sé cómo pude dudar un minuto siquiera para cumplir con lo que me pide mi Señor.

Le ruego, disculpe a su perrita tonta, admito que aún me queda mucho por aprender, sin embargo cuando mi algo en mí se rebela o se niega aun en pequeñas medidas, me basta con escuchar sus palabras siempre cariñosas, siempre bien dirigidas y el deseo inmenso de obedecer a quien es mi Amo, diluye todo lo demás, llevandome a hacer aquello que pensé no querría hacer.

Esta mañana mi Señor, he atado mis pechos, están erguidos orgullosos de mostrarse así para mi Dueño, he escrito el cartel anunciandome como perrita con Dueño, y al cogarlo de mi cuello, el solo roce de la blusa y el cartel me envían ondas de dolor mezclado con placer que hacen punzar mis pechos que buscan a mi Señor, deseando ser tocados por sus manos. me he puesto una blusa en color amarillo muy claro, y una falda de jeans con botones al frente, y así me presento ante mi Señor, para salir a exhibirme como lo ha ordenado en cuanto termine este mail.

Su perrita le agradece el que tenga tantas atenciones conmigo, haré un mejor esfuerzo para merecerlas.

No he podido evitar unas lágrimas, mezcla de humillación y a la vez de felicidad de saberme suya, y ahora mi Señor, con su permiso su perrita se dirije a la calle a caminar por ahí, mostrandome completamente suya un día más.

Beso sus pies mi Señor, mi Amo, mi Dueño

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