domingo, 17 de mayo de 2009

perra puta 2


Amo... me postro a sus pies. Ante de empezar a escribir mi diario quisera darle las gracias por la oportunidad que me da de ser su esclava. El poder consumir diariamente esa droga que usted me proporciona que se llama placer es algo que le estaré agradecida de por vida. Después de la sesión de anoche donde sentí el orgasmo más potente que he sentido en algún tiempo me dispuse a dormir así mismo como estaba. Ya he vuelto costumbre lo que usted me enseña como lamer mis flujos, dormir sin lavarme, en fin, esas acciones dignas de una perra como yo. Al levantarme me dispuse a hacer mi rutina diaria con el único detalle que mi desayuno fue el yogourt de fresa que estaba esperando en mi nevera sin saber que iba a ser usado con fines de domación. Lo coloqué en un bol parecido al de los perros, me senté en el comedor, la silla donde estaba tenía piedrecitas y granos de arroz como usted me indicó, mi raja tenía las pinzas y colocando mis brazos alrededor del bol comencé a lamer el desayuno lentamente. Pensé que iba a ser sencillo pero me equivoqué. Sentía el dolor de las piedras y los granos, la presion de la pinza en mi raja y fue más él yogourt que caía en mi rostro que en mi boca. Pero el hambre que tenía era feroz así que lamí y lamí. Si caía algo en la mesa también lamía. Sabía que usted me pediría dejar todo limpio y eso hice. Ya para cuando había acabado mi yogourt y el plato, la mesa y mi rostro estaba completamente limpio me di cuenta que estaba mojadisima. Me había excitado todo eso. Me levanté con toda la incomodidad del mundo por los granos y las piedras en mi nalga y muslo y limpié todo. Luego fui al baño a ducharme (puesto que me duché otra vez por lo embarrada que había quedado de yogourt) y me dediqué por un instante a bajar esa calentura por medios masturbatorios.

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