viernes, 14 de agosto de 2009

sensaciones


Amo, ayer luego de nuestro encuentro estaba sobreexcitada de saber que al día siguiente nos encontraríamos en la mañana. Es la primera vez que nos encontramos tan temprano y mis expectativas crecían cada minuto más y más.
Hoy me levanté ansiosa Amo, esperando que llegara la hora de encontrarlo. A esa hora me encontraría en mi oficina y aunque me exigen llevar uniforme, me vestí con una camisita descotada blanca y una falda negra, sin pantys como toda buena perra. Cuando llegué a la empresa todos los ojos lascivos de mis compañeros hicieron que me mojara cada vez más y más.
Entré a la hora propuesta a la oficina y me encerré allí con la orden de no ser interrumpida. Una oficina grande, con todo tipo de materiales para nuestra sesión y un ventanal enorme que da al exterior, a la calle. Me senté a esperarlo y cuando ya estuvo conmigo la excitación estaba al máximo.
Sentirlo, saberme suya, obedecerlo, ser su esclava, su perra, su puta… todo eso da sentido a mi vida. Lo deseo y quiero tanto mi Amo. Estaba preparada para complacerlo en lo que fuera mi Amo.
Los instrumentos a usar eran pinzas para sujetar hojas, cinta adhesiva y un rotulador. Todo estaba en la oficina listo para mi sesión. Estaba sentada en frente al escritorio con la vista panorámica que se vislumbra en un piso 24 y los instrumentos cerca de mi.
Me ordenó adornarme como la perra que soy, colocando las pinzas en mis senos y raja. Así lo hice Amo, abrí mi camisa y subí mi falda, como toda buena perra no llevaba pantys. Tres en cada seno y tres en mi raja de puta, mi raja ya mojada, caliente e hinchada. Era pinzas más pequeñas y con cerdas, muy distintas a las que siempre me coloco. Presionaban más y las cerdas se hacían sentir. El dolor e incomodidad se hacían presentes y estremecía mi cuerpo.
Comencé a agitarlos y hacía que doliera aún más. Pero el complacerlo a usted activa mi vena masoquista, esa que sólo logra usted activar con su sadismo natural, así que los agité con más fuerza, que doliera, que presionara… es para mi Amo, ¡debo hacerlo bien!
Luego de un rato me ordenó azotar mi raja con el rotulador, lo hice fuertemente y chapoteaba todos mis jugos de zorra caliente, de perra en celo, ummmmmh… que doloroso y divino es sentir los azotes de mi Amo en mi raja. Ya comenzaba el éxtasis, gemía, mi cuerpo se contorsionaba, mi cara de lascivia demostraba la excitación que sentía. Mi raja estaba inflamada y adolorida, como la puta que soy.
Me ordenó luego de una serie de azotes en mi raja que colocara cinta adhesiva en mi boca, y como ya había despertado por completo mi vena masoquista y morbosa, le rogué colocar cintas adhesivas en las pinzas de mi raja, pegándolos en mis muslos. Me dio el permiso y así lo hice Amo.
Me ordenó inmediatamente a azotar mis muslos. Froté mis manos y comencé a azotar duramente mis muslos. Los quería rojos y marcados para mi Amo. Usted se complacía de mi acto y yo me daba aún más duro. Dolía y ardía mucho y mis flujos no cesaban de correr. Allí no aguantaba más Amo, quería tocarme y frotar mi raja, comencé a rogarle:
- Amo mi raja palpita y tengo un escalofrío intenso, permita a su perra tocarse mi
Amo
- ¿Quieres tocarte mi puta? ¿Eso quieres?
- Si mi Amo, y mucho. Se lo ruego Amo me humillo ante usted e imploro tocarme
- Dime lo que eres mi perra, escríbemelo.
- Soy una perra puta, una guarra zorra, soy su puta, su perra su propiedad. Eso es lo que soy.
- Si eso eres una zorra muy caliente
- Una perra en celo, Una zorra muy caliente por su Amo. Permítale a esta perra zorra puta caliente en celo tocarse mi Amo.
- Tócate mi puta, juega tu raja.
- Muchas gracias Amo.
Y así comencé a frotar mi raja de puta perra mi Amo, gracias a su benevolencia. Me pedía que frotara y presionara mi clítoris y que moviera la pinza. Así lo hice Amo y el placer estallaba en mí Amo.
Luego de un buen rato y de estar con usted y sentirlo, le supliqué correrme pero no me lo permitió.
- Amo, permítale a su zorra caliente correrse.
- Aun no zorra sigue frotando esa raja, no, aun no te corres
- Si mi Amo, como usted ordene
Y seguí frotando mi raja y cuerpo. Era intenso, no lo podía resistir, un movimiento en falso y estallaría. Esta vez la concentración no servía Amo, era incontrolable no correrme pero lo tenía que hacer, debía aguantar Amo. Al rato vislumbré la orden más esperada desde que nos citamos:
- Vas a estallar y después vas a lamer todos tus jugos que huelas a zorra caliente, estalla ya mi zorra.
- Gracias mi Amo.
El orgasmo fue intenso, sino fuera por la cinta adhesiva Amo hubiera gritado y gemido como loca. Mi cuerpo se contraía y caía en espasmos. Mis flujos corrían intensamente, ummmh que rico Amo. Demoré en reaccionar pero quería disfrutar de cada segundo.
Lamí mis jugos de perra como siempre lo hago por orden suya mi Amo y aunque tocaran la puerta de la oficina mil veces, nada interrumpía ese momento mágico y perfecto con mi Amo amado. Me excitaba aún más saber que fuera de la oficina hubieran personas esperando que saliera y yo son hablar por la cinta en mi boca. Que intenso mi Amo.
Me consintió a más no poder luego de cumplir mi tarea como todo buen Amo y finalizó nuestra sesión citándonos para esta noche.
Amo, gracias por hacerme sentir tan viva y darme el privilegio de llevar su medalla. Siempre le obedeceré y seré su esclava. Mi vida entera es suya y sé que para esto nací. Para ser suya y obedecerle.

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