jueves, 14 de enero de 2010

la cola de la perrita



Mi Amo, ha sido una mañana así, sintiendo mi colita de perra, su perra en celo, siempre escurriendo para satisfacción del deseo de mi Dueño, por Buda que no he podido olvidar en todo el día las sensaciones que he vivido anoche con usted, esta mañana al vestirme y colocar mi tanga no podía evitar que mi cuerpo se estremeciera de placer de sentirle ahí, como si pudiese verme y todo mi ser suplicaba en silencio por mi Dueño.

Ahora que he leido su correo y que se me hace más real el que puede verme aun en la distancia e intuye que su voluntad es siempre obedecida por esta perrita, no puedo evitar sentirme feliz de lo que he llegado a ser caminando con usted, aprendiendo a ser libre mientras más me somete a su voluntad, mientras más suya me hace, en mente y cuerpo, ya he cambiando mi tanga a mi culo de perra, deseoso de ser penetrdo por mi Señor y ha hecho su efecto, mis pezones no sé cómo pueden ponerse más duros cada vez, son como pequeñas rocas erectos y muy muy duros tan duros que duelen de una forma como si fuesen punzadas de electricidad en mis pechos que repercuten en mi rajita haciendome escurrir más y más.

Mi Señor, su perrita en celo, se arrodilla ante usted suplicando me sea concedido verle esta tarde.

Beso sus pies

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