Me puse las pinzas. Cuatro en cada pecho. Una en cada labio y la
ultima pinzando el clítoris.
Las cinco vueltas me resultaron largas. Me dolían bastante las
rodillas (el departamento esta alfombrado). Pero el juego de las
pinzas al avanzar me hizo excitar. El mirarme también me gusto. Fui
a mi rincón de PERRA. Me arrodille y con la cabeza baja (consciente
de que estaba obedeciendo una orden de mi Señor) moví la pinza del
clítoris.
Lo que paso es que me excite muchisimo, casi al borde del delirio de
las ganas de correrme. Moría de ganas de sacar la pinza, y meter mis
dedos para liberar el orgasmo que tenia atrapado. Pero no lo hice.
No estaba en las indicaciones que recibí.
Intente un poco mas pero me quede con las ganas.
Al retirar las pinzas tome mi clítoris con los dedos. Lo mire.
Estaba mas grande y como duro. Conoce mis manos. Le di un apretón y
lo deje así...caliente.
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