jueves, 18 de marzo de 2010

perra


Me siento tuya, de una manera absurda, irreal, inconcebible. de una manera que no concuerda para nada con mi forma de ser. Sin embargo, todo ha cambiado Vivo en mi normalidad la mayor parte de mi tiempo pero, a veces, aparece un recuerdo de algo escrito o leido durante nuestra relacion y eso provoca en mi como un chispazo, como un cambio de vias y entonces entro debocada en un tunel que desconozco y que no se a donde me lleva. Ayer miercoles fue un dia de absoluta normalidad, apenas tuve interferencias en mi vida diaria, ningun pensamiento, ningun deseo. Hoy, sin embargo, nada mas levantarme, lo primero que me asalto fue una frase "eres mi puta". Esa frase me cogio desprevenida porque no habia pensado en nada desde hacia dos dias. Por eso mismo su efecto fue devastador; en el mismo momento que pense eso, me respondi a mi misma "soy su puta" y fue como si me transformase en otra mujer. Claro esta que mi marido no nota nada, salvo quizas que ahora nuestras relaciones son mas intensas y algo mas desinhibidas que antes, lo cual nos viene bien a ambos, pero nada de esto ha trascendido a el. Ya sola, mientras desayunaba, recorde mi aventura en el metro, mi aventura en la tienda de lenceria... y todo iba haciendo que mi transformacion fuera creciendo. Me meti en la ducha sin abandonar las imagenes que se me venian a la cabeza, ¿Y si hubiese dejado que el dependiente de lenceria hubiese ido mas all? ¿y si en el metro hubiese mirado directamente al hombre que escudriñaba por debajo de mi falda con su mirada? Hoy he vuelto a salir sin ropa interior, aprovechando estos dias de calor que han llegado de pronto, porque en cuanto venga el frio otoñal sera imposible salir asi. De nuevo en el metro he jugado con la lasitud de mis piernas mientras finjo leer y de nuevo observo con deleite las miradas que se introducen por mi falda y encuentran mi sexo desnudo en la penumbra que lo protege. Disfruto con esto como nunca me imagine y ademas, he descubierto que estos juegos no me dejan indefensa ante nadie, soy yo quien tiene el control y si miro directamente al miron, éste se retira en desbandada y finge no haber hecho nada. Son mas debiles que yo. Con estas ideas y con estas excitaciones he llegado a la oficina, sabiendo que a las doce tenia una reunion fuera de alli y haciendo planes para cuando terminase. A la una y diez estaba en la calle, sin intencion de volver ya a la oficina. He deambulado por el centro de Madrid, viendo tiendas, comprando uons libros en el FNAC y acabando, como atraida por un iman, ante la puerta de un sex shop cercano. Porque tu lo querias y porque has inoculado en mi, como una especie de virus, este deseo insano por transgredir las normas de mi moralidad vacilante. He pasado de largo, con la respiracion agitada y la sensacion de que todo el mundo que habia a mi alrededor sabia mis intenciones. he cruzado la Gran Via y he dado vueltas como un buitre sobre su presa, pasando una y otra vez por la mismisima puerta del sex shop diciendome a mi misma "esta vez si, esta vez entras". Buscaba un momento en que hubiese menos gente cerca: absurdo porque el centro de Madrid a la una y media de la tarde es un bullicio de gente. No me daba cuenta de que precisamente eso me conferia un anonimato que no habria encontrado en una calle semidesierta. No se cuantas veces he rondado la entrada del sex shop hasta que he avanzado con pasos nervisoos hasta la puerta y he traspasado el umbral. El silencio ha sustituido al ruido del trafico, tan solo una suave musica de fondo y un olor especial a ambientador de cine. Enseguida he captado el lugar. Al fondo un dependiente en un mostrador, a los lados vitrinas con revistas y objetos que aun no identificaba. y, lo que mas miedo me daba, varios hombres solitarios mirando, escogiendo, algunos al oir la puerta se han vuelto hacia mi y, aunque he procurado no mantenerles la mirada, he creido observar expresiones de sorpresa por ver a una mujer alli, o quizas esa es mi interpretacion. Sin saber muy bien que hacer, pero intentando aparentar una seguridad que no tenia, me he dirigido a una estanteria y he empezado a mirar los objetos que se exponian. Enormes pollas que imitan al natural, de todos lo tamaños, bolas, vibradores... mi vista estaba clavada en esas cosas pero en realidad apenas miraba, tan solo intentaba por el rabillo del ojo localizar al resto de personas para poder sentirme segura. El corazon me golpeaba el pecho y tenia la respiracion agitada pero no queria dar la impresion de estar asustada. Intentando controlarme, he caminado siguiendo la estanteria y asi he seguido hasta otra que contenia revistas; en un arranque de valentia y en mi afan de aparentar una seguridad que no tenia, he cogido una revista y la he ojeado. escenas de sexo duro han aparecido ante mis ojos y, lo primero que he pensado es en lo que pensarian de mi esos hombres si me veian leer aquello. Curiosamente ese pensamiento no me ha puesto nerviosa sino que, por el contrario, me ha hecho recordar el dominio que creia tener en las situaciones provocadas en el metro e incluso en la tienda de lenceria. En ese momento ademas, he recordado que seguia desnuda por dentro y por primera vez he sentido que la excitacion era mas fuerte que el temor o el pudor.

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